Existen innumerables estudios con base psicológica que indican que el éxito de cualquier examen, trabajo o exposición reside tanto en la secuencia de apertura como de cierre. Es decir, en un examen escrito, como el desarrollo de un tema elegido al azar, la primera y última página serían decisivas para destacarnos del resto de opositores y ganarnos el beneplácito del tribunal.
Lo primero de todo será conocer la estructura del ejercicio, normalmente meses antes de la fecha del examen se publican los criterios de calificación de la prueba (es cierto que puede variar dependiendo de cada comunidad autónoma); una vez revisados, cuida al máximo:
La expresión escrita
Tu redacción debe ser excelente y reflejar un alto dominio de la lengua y de la materia.
Evita expresiones excesivamente coloquiales, circunloquios o periodos oracionales demasiado largos que dificulten la lectura.
Limpieza y presentación
Huelga decir que el aspecto de nuestra letra o la disposición del texto sobre el papel serán directamente el reflejo de la personalidad, el trabajo y preparación de cada opositor.
Antes estos ítems surgen en nuestra "mente opositora" ciertas cuestiones: ¿es posible hacer un escrito perfecto?, ¿cómo se consigue?… Por supuesto que puedes lograr una valoración excelente, pero no será fácil; precisará de trabajo y mucha práctica. Debes proponértelo al igual que nos esforzamos por memorizar títulos, fechas o bibliografía.
Mi recomendación, a partir de ahora, es que no te separes de una libreta y comiences a escribir a mano todo cuanto puedas. Y lo mismo durante tus sesiones de estudio, a la vez que memorices temas intercala algunos minutos de redacción escrita para comprobar si sabes expresar sobre el papel aquello que has aprendido o repasado.
Son pequeños ejercicios que te harán mejorar muchísimo estos aspectos que he destacado en el título de esta entrada: La importancia del inicio y el cierre de tu tema. Prepara próxima convocatoria Secundaria LCL 2025.
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